Los cambios introducidos por el Gobierno en la tarifa de la luz, que pasó hace unos meses a ser de diferentes costes por tramos, y las constantes subidas en su precio han llevado a un interés general en la población en saber analizar la factura eléctrica de su hogar. Un hecho para el que Gana Energía ha facilitado una guía, con el fin de hacer más sencilla la lectura de esta y qué significa cada concepto.
Según un estudio cotejado por Gana Energía, la empresa comercializadora independiente de electricidad que suministra energía 100% renovable, el 46,5% de los consumidores españoles no entiende la factura de la luz, y solo el 53,4% lee atentamente el recibo.
Una condición que deja muchas dudas en los hogares de por qué se paga una cantidad u otra, ya que se desconocen los motivos técnicos, y que puede ser aprovechado por las diferentes compañías para atraer su factura hacia el consumidor en pro de otra que puede resultar más rentable enérgica y económicamente.
En primer lugar hay que tener claras las partes de una factura. Independientemente de la empresa suministradora, todos los recibos incluyen:
– La potencia eléctrica. Es el término fijo que siempre se paga e indicador que hace que no salten los diferenciadores con más de un enchufe.
– Los aparatos y equipos de medida. Es decir, el indicador de lo que consume el usuario.
– La energía consumida. Se mide en kWh y resulta al multiplicar el precio del kilovatio en cada momento por el consumo realizado. Para ello es importante conocer las franjas horarias.
Tras esto, hay que conocer que existen una serie de impuestos, fijos o variables, que incrementan la factura:
– El IVA. Añadido sobre la base imponible, actualmente es del 10% hasta finales de 2021.
– Impuesto de la luz. Se aplica sobre los términos de potencia y consumo y está en un 5,11%.
– Cargo por productos. Algunas compañías, además, incluyen una serie de gastos extra por determinados servicios.
Finalmente, aparecerá el coste total que se debe abonar, donde también hay que tener claro algún que otro concepto. Y es que de la factura total, solo entre un 35% y un 40% representa el consumo del usuario, mientras que el otro 40% va directo a pagar el coste de las redes de distribución y transporte, propiedad de la Red Eléctrica de España, y de los cargos reguladores. El porcentaje restante define los impuestos.
FUENTE: El Economista.