Expertos advierten del florecimiento de «un mercado negro de alquiler de habitaciones» por las dificultades de acceso a la vivienda.
Gijón, como muchas otras ciudades españolas tiene un serio problema de vivienda. Un escaso parque de pisos en alquiler (la oferta local ronda las 700 casas) cuyo precio (576 euros de media) dificulta en muchos casos el acceso a esas viviendas. Hasta el punto de que ya está floreciendo «un mercado negro de alquiler de habitaciones en pisos compartidos, en los que los inquilinos no tienen derechos», advirtió ayer el investigador del Departamento de Sociología de la Universidad de Oviedo José Pablo Calleja, responsable del estudio sobre ‘La vivienda vacía y en alquiler en el municipio de Gijón’ que se presentó a los grupos municipales y que estima en algo más 14.000 las casas que están vacías o infrautilizadas en todo el concejo.
«Gijón es la ciudad de Asturias más cara para vivir de alquiler», sentenció Calleja, que puso como ejemplo que la renta más baja fue la que encontraron en El Cerillero: 350 euros por un apartamento de una habitación. Por debajo de ese precio no se encuentra nada en Gijón. Pero la situación podría cambiar si los propietarios de buena parte de esas 14.000 viviendas (de las cuales, y a la vista del consumo eléctrico, se entiende que 7.000 son las que están vacías) las pusieran en alquiler.
Según la opinión de los agentes de la propiedad inmobiliaria encuestados para este estudios, a mayor oferta, menor precio. El problema concluye el informe de la Universidad de Oviedo, es que los propietarios se retraen por miedo. Principalmente por el riesgo de impagos (lo reconoce el 94%) y por el temor a que los inquilinos causen desperfectos en su vivienda (el 80%). De ahí que exijan cada vez más garantías de cobro, lo que, a su vez, dificulta el acceso al mercado del alquiler a potenciales arrendatarios. Es la pescadilla que se muerde la cola. Por eso una de las propuestas que se plantean en el informe sobre vivienda vacía y en alquiler de Gijón es que se refuercen las garantías y la seguridad de los propietarios, o que se creen registros de morosos, de contratos y de fianzas.
Se prevé «un aluvión de desahucios» este otoño, cuando se levanten las medidas especiales adoptadas por la pandemia
Plantea otras soluciones, como movilizar las viviendas vacías, para sacarlas al mercado de alquiler, mediante incentivos fiscales y gravámenes o incrementar el parque de vivienda pública en alquiler, llegando a un 2%. Es «un objetivo muy alcanzable». En la actualidad, según este mismo informe, el parque de viviendas públicas en alquiler se sitúa en el 1,8% (la media nacional es del 0,96%), siendo la mayoría propiedad del Principado. En este sentido, la concejala de Bienestar Social y Derechos, Educación, Infancia y Juventud, Natalia González, recordó que este año la empresa municipal de vivienda (EMVISL) ha adquirido cuatro viviendas para destinarlas al alquiler y el Ayuntamiento iniciado la licitación para hacerse con otras cuatro, en una línea que está previsto continuar en el futuro y que se complementará, añadió, con la transformación de locales en viviendas.
Según los expertos, no solo aumenta el riesgo de exclusión residencial para cualquier persona que en un momento determinado se vea en dificultades económicas o laborales sino que es de prever que «un aluvión de desahucios» este otoño, en cuanto finalicen las medidas de suspensión de lanzamientos que se aplicaron debido a la pandemia.
No hay hacinamiento
Del informe se extraen más datos. Como que en una de cada cinco viviendas (32.277 en total) no figura nadie empadronado, aunque ello no quiere decir que no haya nadie residiendo en ellas. O que, en principio, no se han encontrado situaciones de hacinamiento extremo, es decir, que en una vivienda cada persona residente disponga de menos de seis metros cuadrados. De hacinamiento moderado (entre 6 y 10 metros por persona) apenas encontraron cuatro casos.
Capítulo aparte es el de los grandes tenedores de viviendas. Esto es, quienes son propietarios de diez o más inmuebles de uso residencial, una condición que cumplen en Gijón 32 particulares, 24 sociedades anónimas y 39 sociedades limitadas. «A diferencia de las sociedades, no hay ningún propietario particular que concentre muchas viviendas». El informe recoge la existencia de dos particulares con un total de 19 propiedades cada uno. Por el contrario, hay cinco sociedades anónimas que concentran la mitad de las 747 viviendas en manos de este tipo de propiedad.
En el 50% de las viviendas propiedad de empresas no figura nadie empadronado. En el caso de los grandes tenedores particulares es algo que ocurre en una de cada cuatro.
FUENTE: El Comercio.