Los informes incluirán revisiones técnicas de cada una de las viviendas, garajes, zonas comunes y locales de los inmuebles.
Los edificios de menos de cincuenta años también tendrán que pasar una «ITV» en el caso de que presenten evidentes deficiencias estructurales o constructivas que puedan suponer un riesgo tanto para los vecinos como para los transeúntes. Es decir, deberán pasar el examen si el inmueble tiene algún defecto grave y así lo determine la Administración del Principado o el Ayuntamiento. De esta forma lo recoge el decreto que acaba de aprobar el Gobierno regional y que regula está inspección técnica para los bloques de pisos que ya hayan pasado de la cincuentena, una norma que tiene por objetivo evaluar el estado general de los inmuebles, su accesibilidad y su eficiencia energética.
Lo que no está tan claro es el tamaño del censo de construcciones con más de medio siglo que deberán tener de forma obligatoria el técnicamente llamado informe de evaluación de edificios (IEE). Según las cuentas que ofreció esta semana el Principado, el número podría estar entre los 8.000 y los 20.000. Una amplia horquilla que ayer el Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias rebajó hasta los 6.000. Son los que, según sus registros, se corresponde con los bloques construidos antes de 1968. El propio Gobierno regional ha encomendado a los consistorios que se pongan manos a la obra para elaborar un censo que aclare cuál es la edad de los edificios asturianos. Los resultados se conocerán en un año.
Mientras eso llega, muchas comunidades de propietarios deberán ir encargando la «ITV» a sus edificios. Un examen que algunos técnicos aseguran que puede tener un coste de unos cien euros por casa. Por ejemplo, en el caso de un bloque de pisos con veinte viviendas la factura final rondará los 2.000 euros.
El examen comprobará el edificio de arriba abajo. El especialista que lo evalúe -arquitecto o arquitecto técnico- tendrá que examinar el estado de conservación de las zonas comunes, de los garajes, de todas las viviendas y de los locales comerciales, si los hubiera.
El Colegio de Arquitectos no prevé que, pese a la estrechez de los plazos (todos los edificios construidos antes de 1964 tienen que tener este certificado antes de julio de 2018), haya demasiado atracón para dar salida a todos los informes que haya que hacer. Según los profesionales, hay parte de los inmuebles que ya se han sometido al examen, porque ya era obligatorio para las comunidades de vecinos que optaban a subvenciones.
Según José Luis Pérez-Lozao, del departamento técnico del Colegio de Arquitectos, el informe «da mucha información sobre el estado general del edificio». Aunque no todos los defectos que detecte el técnico implican que haya que hacer obras. «Haciendo un símil con la ITV de los coches, esto es como cuando se tiene un defecto grave o algún defectillo del tipo que la puerta del conductor chirría», señala Pérez-Lozao. Evidentemente, en el segundo caso no será obligatorio que la comunidad de propietarios se meta en una reforma, pero en el primero sí. Será el propio técnico quien determinará cuándo deben realizarse esos trabajos. Si no se hacen puede haber una sanción.
Los principales problemas de los edificios asturianos están por fuera, aseguran los técnicos. «En todos los informes que llevo realizados, el principal defecto que me encuentro son elementos en mal estado en fachadas, con riesgos de desprendimientos, y problemas de humedades por condensaciones en las viviendas. Rara es la vez que existe un problema estructural», asegura Daniel Araujo, de la empresa IEE Asturias.
FUENTE: La Nueva España.