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Las pérdidas inmobiliarias de la gran banca se reducen un 26% hasta junio

Las pérdidas que sufren los principales bancos españoles por el negocio vinculado al segmento inmobiliario dan un relativo respiro. En el primer semestre del año, los números rojos bajaron de una manera sustancial, un 26%. Aún así, la cifra es elevada, ya que alcanza los 1.618 millones de euros. En junio del año pasado, la cuantía ascendía a casi 2.200 millones.

Los cinco mayores entidades (Bankia no está incluida porque traspasó en 2012 a la Sareb buena parte de la actividad relacionada con el ladrillo) se están beneficiando de la recuperación de la economía, que está provocando una menor entrada de morosidad por parte de los promotores y de las familias y una comercialización más elevada de inmuebles. El precio de las viviendas, además, está experimentando ya una subida en algunas ciudades españolas, lo que ayuda a una mejoría de los ingresos.

De hecho, entre enero y junio Caixabank, BBVA, Santander, Sabadell y Popular consiguieron por primera vez en la crisis reducir de manera conjunta el volumen de activos adjudicados por impagos de préstamos, con una tímida bajada del 0,02% en términos brutos -antes de las provisiones por ajustes de valoración-. La cartera de inmuebles y suelo de los cinco grupos en nuestro país disminuyó hasta los 67.362 millones.

Todas las entidades, a excepción del Sabadell, lograron recortar las pérdidas inmobiliarias. El banco catalán incrementó el agujero en este periodo casi un 24%, hasta los 427 millones, que se ‘come’ la mitad de los beneficios antes de impuestos que obtiene por su negocio bancario en España. Este déficit lo compensa en parte, si bien, por las ganancias que logró en Reino Unido tras la adquisición de TSB en 2015.

Adjudicados
El Sabadell, por contra, es el grupo que más recortó la cartera de adjudicados, en más de un 6%, como consecuencia de una mayor comercialización. Sólo en el segundo trimestre del ejercicio, el banco presidido por Josep Oliu aumentó los ingresos por ventas de adjudicados del 16%, hasta los 475 millones de euros.

Caixabank es la entidad que más redujo las pérdidas por la actividad inmobiliaria, al registrar un descenso del 58 por ciento. Este segmento provocó al grupo catalán un agujero de 355 millones, después de que en los últimos ejercicios haya tenido que inyectar relevantes recursos en su principal promotora, BuildingCenter. Desde 2012 ha empleado más de 7.000 millones para sanear el balance de esta compañía, que centraliza la tenencia de sus activos adjudicados por créditos impagados. En abril realizó el último desembolso, por importe 750 millones.

En su caso, el volumen de inmuebles sigue creciendo, pero lo hace a un ritmo mucho menor. Sólo se incrementó un 0,6%, a pesar de que en los seis primeros meses de este año elevó un 20% la actividad comercializadora y comenzó a vender con ligeras ganancias, del 3%, sobre los precios una vez llevadas a cabo las provisiones por ajustes en la tasación.

De los grupos que lograron rebajar las pérdidas por el ladrillo, el Popular es el que menos caída experimentó, de un 7,7%. La entidad se ha visto obligada a modificar su estrategia en este segmento ante la presión de los reguladores y de los mercados. Ha tenido que llevar a cabo en la primavera una ampliación de capital de 2.500 millones para elevar las dotaciones de los activos improductivos, entre los que destacan los adjudicados.

El Popular, que en los primeros años de la crisis descartó acelerar la desinversión de pisos al esperar una pronta recuperación del sector, ha diseñado recientemente un nuevo plan para reducir lo máximo posible este tipo de activos. El objetivo es disminuir créditos morosos y viviendas en 15.000 millones hasta 2018. La meta es inferior a la que se había propuesto a principios de 2016, de deshacerse de 8.000 millones de improductivos en doce meses a través de las ventas a través de las sucursales y de la colocación de grandes paquetes entre inversores institucionales.

El banco que preside Ángel Ron acumula en su balance el mayor volumen de adjudicados. En junio el valor de la cartera ascendía a 16.473 millones, lo que suponía un alza interanual del 1,6%.

Por su parte, las dos grandes entidades, el Santander y BBVA, redujeron las pérdidas inmobiliarias entre un 10% y un 30%, respectivamente. La evolución en sus adjudicados, en cambio, difiere. Mientras el primero aumentó la partida, en un 4,2%, el segundo la rebajó casi un 1%. Pese al incremento, el Santander cuenta con la cartera de viviendas y solares más baja de los cinco principales grupos financieros del país, debido en gran parte a que no ha llevado a cabo operaciones de adquisición de entidades débiles durante la crisis.

En cuanto a los créditos al promotor, éstos continúan con su descenso acelerado. Hasta junio cayeron un 16%, hasta los 47.500 millones.

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