Comerciantes y vecinos critican la suciedad del nuevo suelo y los cables del techo
Vecinos y comerciantes están mayoritariamente descontentos con el resultado de la remodelación de los soportales de la calle de Marqués de San Esteban después de siete meses de obras. Las principales críticas se centran en el nuevo pavimento continuo, de losa de hormigón con incrustaciones de piedra natural, que, según se quejan, «tiene unos acabados mal ejecutados, como hechos por un borracho, y se queda con toda la suciedad de los viandantes». «El otro día estuvieron con el trabajo de asfaltado de la calzada y se llenó de pisadas como de betún. Y además de los chicles pegados y los pises de perros y humanos también se nota la huella de las ruedas de la empresa que está poniendo la nueva instalación eléctrica en el interior de los soportales», asegura una vecina y comerciante de la zona.
El malestar de la mayoría de los propietarios consultados es con el suelo «que va a tener muy mala vejez», pero también con el techo revestido de lamas rojas, del que actualmente cuelgan a la vista numerosos cables de empresas privadas. Una maraña que «recuerda a La Habana», afirman, y que «afea» lo que en opinión coincidente «es lo que ha quedado mejor». «A la vista del resultado ha sido tirar el dinero. El suelo está permanentemente sucio. Lo que se salva es el techo. Lástima que no se pueda caminar por él», señala Yolanda Rocha.
También es objeto de crítica el que haya quedado fuera de esta intervención la limpieza de los pilares de los arcos «con la excusa de que entran dentro del terreno de lo privado». Vecinos y comerciantes también echan de menos los bancos y papeleras prometidos, aún sin colocar, y la supresión de plazas de carga y descarga en la zona que complican la tarea a proveedores y transportistas.
La acera exterior que se ha ganado tampoco convence en exceso, ya que además de acortar la calzada aleja a los viandantes del eje comercial. El encargado de la empresa OHL y el servicio de Obras Públicas piden «tiempo de adaptación» a los usuarios, porque aún faltan remates de obra para que «se aprecie bien la imagen de amplitud» dentro la zona porticada. En concreto, queda pendiente culminar la instalación de la nueva iluminación con tiras led (una por cada cinco lamas), con lo que se retirarán las viejas farolas, y la limpieza de la piedra porosa natural de arenisca repartida en el nuevo firme. A esta última se le va a aplicar una resina impermeabilizante para que conserve el colorido de piedra con los años.
Desde el servicio de Obras Públicas también se traslada a comerciantes y vecinos que las máquinas barredoras de Emulsa aún no han tenido oportunidad de entrar a limpiar dentro de los soportales y que hasta ahora se ha hecho todo de forma manual, mediante baldeo ,para no interferir en la ejecución de las obras.
En cuanto a los antiestéticos cables que cuelgan del techo, los técnicos de Obras Públicas afirman que las empresas privadas responsables tendrán que ocultarlos en las bandejas portantes que se instalarán.
FUENTE: El Comercio