Gran Bulevar aspira a convertir el complejo, con 1.200 plazas de aparcamiento, en un espacio con vida
En el teatro la acción ocurre presa entre tres paredes: la del fondo, la de la izquierda y la derecha. Pero hay una cuarta. Imaginaria. Invisible. La que separa al público del escenario. Se dice que un actor rompe esa cuarta pared cuando interactúa con el público, habla de tú a tú con el patio de butacas. O desciende del proscenio para mezclarse entre los espectadores. Eso es básicamente lo que busca la segunda parte de la obra proyectada en El Vasco: dejar de ser una zanja infranqueable y lograr que los transeúntes interactúen con los espacios proyectados y los contenidos que llenarán los tres nuevos edificios y las tres galerías previstas bajo rasante.
No es fácil imaginárselo. Adentrarse en las entrañas de los 45.000 metros cuadrados de bóvedas vacías como ha podido hacer EL COMERCIO resulta desasosegante. Darse de bruces con la burbuja del ladrillo. Del hormigón, en este caso. Aquel Lewis Mumford de la ‘Historia de las utopías’ se preguntaría que en qué estaríamos pensando para permitir algo así. Pero ya no hay vuelta atrás y en los planes de El Vasco -Gran Bulevar -el consorcio de empresas que se ha hecho cargo del agujero, económico y físico- está el revertir esta situación.
La parcela
- Asciende a 105.000 metros cuadrados donde se levantarán seis torres y contará con comercios, oficinas y hoteles.
- Galerías
- Tres plantas de 15.000 metros cuadrados. La primera albergará restaurantes, la segunda oficinas y un gimnasio y la tercera, de cara a la calle, comercios.
- Seis torres
- Las tres nuevas edificaciones albergarán usos sociosanitarios y un hotel. El total de la inversión asciende a 100 millones de euros.
- Espacio público
- 15.000 metros cuadrados cedidos al municipio.
Una vez arranquen las obras de adecuación de las tres torres ya construidas y destinadas a viviendas, se iniciarán también las de la plaza superior. 12.000 metros cuadrados cedidos para espacio público en los que se tratará de dar derribar cualquier atisbo de muralla urbanística.
Abajo, en las tres galerías que se superponen al biés de la calle Víctor Chávarri, también comenzarán los trabajos para arreglar el desaguisado.
Una vez bajo las bóvedas, tampoco resulta difícil recordar que ahí hubo una estación de tren. La propia edificación toma la curva que una vez tuvieron las vías y se sujeta en tres arcadas simétricas. Cada una de las plataformas suma 15.000 metros cuadrados. Según detallan fuentes de Gran Bulevar, «la primera estará destinada a usos hosteleros, la segunda será para oficinas y un gimnasio y en la tercera se quieren habilitar espacios para uso comercial».
Explican, además, que a lo largo de la calle Víctor Chávarri se superpondrá una acera para que no rompa con el sentido de la vía y los accesos a los tres niveles sean naturales. El conjunto se rematará con un ascensor panorámico.
Sin embargo, desde Gran Bulevar quieren evitar también cualquier nexo con el pasado y los planes originales de construir un centro comercial inmenso. «No nos podemos permitir que en diez años esto quede desfasado». Según argumentan, han tomado el camino de la contención y cuentan con un estudio multidisciplinar de profesionales para no dar pasos en falso. En la conversación salen ejemplos de zonas comerciales conceptuadas así como AZCA en Madrid, que funciona durante el día pero que muere incapaz de tener vida propia.
Usos modernos
«Buscamos usos modernos, espacios diáfanos, tendencias avanzadas y soluciones ecológicas», explican, para la conexión de la losa superior con la calle Indalecio Prieto y el desnivel que existe con Gascona. «El Vasco es la puerta de entrada a la ciudad, aquí tienen que pasar cosas y que el usuario de las instalaciones, el peatón, el turista, sepa que desde aquí al Casco Antiguo, a la Catedral, al Campoamor, no hay apenas distancia».
Porque ese otro quid de la construcción. Bajo las tres plantas empleadas en usos terciarios hay otras tres que irán destinadas a aparcamiento. En total, 1.200 plazas. «Dos de uso rotatorio y otra para los vecinos y empleados». El nutrido aparcamiento cobra sentido, además, dentro del debate municipal acerca de la necesidad de parkings disuasorios y los planes de Urbanismo adelantados por este diario de apaciguar el tráfico en la ronda interior de la antigua N-634.
En la parte baja del solar quedarán entonces tres torres más a construir. Dos para usos sociosanitarios y la última, la más próxima a Martínez Vigil, está previsto que sea un hotel. El montante total de la operación para urbanizar toda la parcela asciende a 100 millones de euros de inversión.
Y por último, a los arquitectos les quedará por resolver el último gajo de parcela que ahora mismo no es sino un montón de contenedores de obra: la conexión con la glorieta de la Cruz Roja, de 3.000 metros cuadrados y que también serán de uso público. Ese espacio también entra en contacto directo con los planes del Ayuntamiento. En concreto con la solución que den los ganadores en el concurso de ideas del nuevo Bulevar de Santullano.
Como explicó EL COMERCIO, la obra comenzará cuando se resuelvan modificaciones en el proyecto que satisfagan a los técnicos municipales. En los planes de Gran Bulevar entra poder entregar las primeras viviendas a finales de 2018 o comienzos de 2019.
Según las fuentes consultadas, para sacar adelante el proyecto «ha habido, como es obvio, la oportunidad y el trabajo de buscar la inversión pero mucho más el prestigio y amor por Oviedo».
FUENTE: El Comercio